Hoy se han despedido los últimos "route master", los entrañables autobuses clásicos de dos pisos que hacían de un sencillo trayecto por las calles de Londres en una auténtica aventura. Subir a uno de estos autobuses significaba- en ciertos barrios y a determinadas horas- retroceder en el tiempo al Londres de Blake y Mortimer.
Una de las ventajas de los "route master" era que podías subir y apearte de el a tu conveniencia, siempre que dispusieras de una acreditada agilidad. Todos los años morían entre tres y cuatro personas a consecuencia de fatales accidentes.
Los primeros autobuses comenzaron a circular en 1954. Ahora si tienes 8.000 euros- y un garaje grande- puedes llevarte uno a casa.
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