Wednesday, April 26, 2006

Domicilios.

Los norteamericanos tienen unas ideas un tanto particulares a la hora de escoger domicilio.
Conocí a un personaje bastante misántropo que vivía en un almacén reconvertido en loft en una zona un tanto siniestra de Brooklyn. Su vida transcurria entre libros y discos de música barroca; apenas salia a la calle.
En Sausalito me presentaron a un antiguo hippie que habitaba una casa flotante que había comprado por poquisimo dinero."Ahora la zona es un asco. Se ha puesto de moda y estoy rodeado de yuppies por todas partes", me comentaba mientras se fumaba un porro en el porche de la vivienda.
En el muelle de Long Beach, Los Angeles, entablé una cierta amistad con un profesor de universidad que utilizaba una destartalada embarcación como habitat. Tenía que pasar dos pensiones a dos ex mujeres y no le quedaba dinero para repararla.
Pero quizás la forma más asequible para tener un techo es comprarse una caravana. De todas, es la formula que prefiero. En todas las ciudades de Estados Unidos y lugares de interés existen zonas para detenerse por un tiempo o, si lo prefieres, por tiempo indefinido. Que no te gustan tus vecinos, adiós muy buenas.
En Flagstaff, Arizona, coincidí con una pareja de recién jubilados, en muy buena forma, que iban a dedicar el resto de sus días a recorrer el país. Su desafió era visitar todos los estados continentales a bordo de un trailer que habian comprado de segunda mano. Les vi felices y entusiasmados. Todavía les quedaban 38 estados y una vida por compartir.

Fotos tomadas de "www.retrocrush.com"




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