Boston, comienzos de los años 50. Coretta Scott, una atractiva joven nacida en Alabama, estudiaba para convertirse en lo que más anhelaba, una cantante de opera. El destino hizo que un dinámico muchacho cursara estudios de teología en la misma ciudad, Martin Luther King. En 1953 contrajeron matrimonio. La historia que vino a continuación ya la conocemos.
Tras la muerte del reverendo, Coretta luchó por continuar su labor... Y por algo igual de importante o más: Cuidar y educar a sus cuatro hijos con el vigor de una madre y el carácter de una luchadora.
Vivió su vida con gran simplicidad y dando el ejemplo necesario para que las voces que clamaban por la justicia no se acallaran.
El cancer acabó con su vida a los 78 años.
Guardemos un minuto de silencio por ella. Y nunca olvidemos por lo que lucharon.
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